Una mirada.
Una sonrisa.
Un abrazo y un beso.
No hay necesidad de hablar porque todo se entiende entre esa corta distancia y ese aire de felicidad entre nosotros.
Te quiero, pero no me favorece.
Te quiero, pero no me perteneces.
Te quiero, pero a la distancia.
Eres como la medicina — buena para el momento, mala para la vida.
Te quiero de lejos.
Te quiero de reojo.
Te quiero demasiado, pero no tanto.